Una buena noticia: un pueblo lucense se alegra de recibir a 126 malienses que huyen de la guerra
Una buena noticia. Al fin.
Y como es una buena noticia, no ha tenido mucha repercusión. Pero es un ejemplo para tomar nota: Monterroso, el pueblo de Lugo de 3.600 habitantes en el que están "felices" tras recibir a 126 personas migrantes.
El ayuntamiento lucense de Monterroso cuenta desde hace casi un mes con más de un centenar de nuevos vecinos: 126 personas procedentes de Canarias, adonde llegaron huyendo de la guerra de Mali.
Monterroso. Lugo.
Son los propios monterrosinos los que utilizan la palabra 'vecino' para referirse a estos, en su mayoría hombres jóvenes, que "se han integrado perfectamente en muy poco tiempo". "Ya son uno más", afirma Milagros, que despacha en una de las panaderías del pueblo.
Hajid, de 20 años y "siempre con la libreta debajo del brazo" -según comentan en el bar-, es uno de los pocos migrantes en Monterroso con un dominio del castellano tan avanzado para la situación, que incluso bromea con las clases de español que reciben en el hotel. "Son cosas muy básicas: vaca, perro... Yo quiero aprender español para trabajar". Hajid llegó hace nueve meses a la isla del Hierro, en barco desde Mali, donde ha dejado a su madre y a sus cuatro hermanos pequeños. Su padre es una de las víctimas de la Guerra Civil que enfrenta al país desde hace más de una década. Cuenta que todavía no ha podido ponerse en contacto con su familia, a la que desearía poder traerse con él. Pero para eso, apunta, primero tiene que trabajar. "Quiero buscar un trabajo, aquí en Monterroso, que me tratan muy bien. Los vecinos son muy agradables. Me gustaría de cocinero porque me encanta la cocina, pero primero necesito papeles", explica.
"Sigue habiendo muchos periodistas, que siguen llamando y viniendo, pero en el pueblo ya no llama la atención", comenta una de las camareras del bar mientras Mahmadou sale a charlar con un vecino que pasea a su perro.
"Lo que hay que hacer con esta gente es ayudarla. Solo Dios sabe lo que habrán pasado en su país para preferir verse en esta situación. (Recordamos que vienen de huir de la guerra). Por mí, que vengan más, que hace falta gente aquí para trabajar y para revivir esto", insiste Milagros.
Guerra en Mali
Un ejemplo de solidaridad y de valores positivos. Un ejemplo de la alegría que proporciona ayudar. Un ejemplo de convivencia y de fraternidad.
En fin, un ejemplo que nos transmite su alegría.
Demuestran que la solidaridad, la pobreza, la ayuda, las fronteras son decisiones políticas: pueden favorecerse o se puede luchar contra ellas. Cada persona elige, cada pueblo elige, cada ayuntamiento elige.