Si aplicamos a Leganés los datos de pobreza infantil de la Comunidad de Madrid, 8.816 niños y niñas viven en nuestra ciudad en situación de pobreza. La pobreza es la mayor amenaza para la salud física y emocional de quienes la sufren y proteger a la infancia debería ser la primera obligación de la sociedad adulta.
La llegada del frío nos recuerda que una parte importante de esos menores es víctima de la pobreza energética, es decir de la imposibilidad de sus familias para proporcionarles un hogar con la temperatura adecuada.
Una vez más, nos preguntamos qué pasa en el ayuntamiento, cómo es posible que no se hayan puesto en marcha programas y ayudas para proteger a la infancia que vive en Leganés de las consecuencias de la pobreza, agravada por los efectos de la pandemia en el ámbito laboral. La pobreza energética infantil es una urgencia social a la que un ayuntamiento con superávit debería poder responder.
Gestionar es su tarea, y no hay excusas para quienes cobran un salario público por gobernar. Si no pueden de una manera, busquen otra. Es su trabajo.