España se encuentra demasiado lejos de cumplir los objetivos marcados en la agenda 2030. Huérfana de políticas de profundo calado social que se persigan el bien común universal de su población y de medidas que vayan acompañadas de unos presupuestos que permitan convertir los objetivos de las agendas en hechos reales.
Así todo el "esfuerzo realizado por las instituciones públicas y la sociedad civil para informar en 2013-15 del proceso de negociaciones que dio lugar a los ODS no ha tenido continuidad con una agenda propia que aterrice cada uno de los objetivos en el contexto específico de nuestro país. La excepcional situación política que se ha vivido en España desde las elecciones dediciembre de 2015 se está usando como excusa para justificar esta falta de acción, pero esto no es un argumento sostenible.
Las verdaderas razones las podemos encontrar en la falta de voluntad política y en una mala comprensión del principio de universalidad. La interinidad del ejecutivo no puede justificar por completo la inacción del Gobierno cuando en otros ámbitos los ministerios han demostrado
una iniciativa considerable.
La parálisis española en este ámbito constituye una pésima noticia para las aspiraciones de equidad y sostenibilidad de buena parte de la sociedad."
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