La pobreza (III) infantil le cuesta a España, como mínimo, 63.079 millones de euros al año, unos 1.300 euros anuales por persona
La pobreza produce muchos sufrimientos a quienes la padecen: falta de alojamiento, falta de comida, bebida, sanidad, educación, de oportunidades de empleo, mermas en el crecimiento, complejos psicológicos, infravaloración propia, depresión, etc. Pero, además, y quizá para sorpresa generalizada, la pobreza tiene otro efecto en toda la sociedad: nos cuesta dinero. Mucho dinero.
Según los datos del extinto (ahora sus funciones han pasado al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030) Ato Comisionado contra la Pobreza Infantil en España en su informe: "El coste de la pobreza infantil en España", la pobreza infantil le cuesta a cada español 1.300 € anuales y en total al Estado 63.079 millones de € al año. Esta magnitud equivale al 5,1% del PIB de 2019 o, dicho de otra manera, el PIB español de ese año hubiera sido un 5,1% más elevado de no ser por los altos niveles de pobreza infantil.
Detengámonos unos momentos para reflexionar sobre estas cifras.
En muchas ocasiones no sabemos valorar cifras tan altas. Para ello os ofrecemos algunos datos comparativos:
- Señalaba El Confidencial que internet aportó en 2015 63.000 millones de € al PIB español
- El Dubai AirShow de 2023, la feria internacional aeronáutica de Oriente Medio, va a asegurar pedidos por 59.000 millones de €
- 63.000 millones de € es lo que invertirá Polonia hasta 2040 en energía nuclear y eólica marina para salir de su dependencia del carbón, según el Periódico de la Energía
- La misma cifra es lo que ingresó España en turismo en 2014 con 65 millones de turistas, según Atalayar
Pero las cantidades pequeñas pequeñas las entendemos mejor: la pobreza infantil le cuesta a cada español 1.300 € al año. Esto son 108'33 € al mes, 27'08 € a la semana y 3'61 € al día (en meses de 30 días). Es un dinero.
Ahora, seguro, tod@s estamos pensando que nos saldría mejor acabar con la pobreza infantil.
Saldría mejor a nuestro bolsillo, a nuestra ética, a nuestro vecindario y a miles de personas que la sufren (en Leganés hay 31.762 pobres, de los cuales 8.145 son menores de 18 años). Sería una ejercicio de justicia social y, además, de inteligencia colectiva.
Para calcular el coste social de la pobreza infantil se han tenido en cuenta varios factores:
- la situación laboral
- el estado de salud
El origen social de la infancia pobre causa una pobreza monetaria y una carencia material severa durante su infancia. Estos factores tienen mucho que ver con la educación y el nivel de estudios al que llegan l@s niñ@s pobres. Todo lo anterior, combinado, tiene unos efectos en la edad adulta: por un lado, limita los accesos al mercado laboral y su calidad, y limita los ingresos que se reciben; por otro lado, todo lo anterior influye en el estado de salud de la infancia como en edades futuras. La pobreza afecta tanto a la salud física como mental (y se pueden medir, por ejemplo, con dos parámetros: el exceso de peso y la presencia de depresión).
Todas estas situaciones tienen influencia sobre la actividad económica y la recaudación pública. Además, provocan un aumento del gasto público en el tratamiento de las enfermedades que conlleva la pobreza.
Las personas que en su adolescencia estuvieron en situación de pobreza tienen un 28% menos de probabilidades de alcanzar un nivel de estudios superior.
Los resultados muestran que en España las personas que han estado en situación de pobreza en sus primeros años de vida ganan, en promedio, 5.130 euros brutos menos al año que aquellas que no han estado en esta situación. Este efecto es especialmente intenso para las mujeres, que dejan de ganar, de media, unos 600 euros brutos más al año.
Los resultados muestran que estar en situación de pobreza en la adolescencia se relaciona en mayor medida con la pobreza laboral que con no tener empleo. Concretamente, aquellas personas que sufrieron pobreza en la adolescencia tienen un 12% menos de probabilidad de trabajar con contratos indefinidos y un 14% más de hacerlo con contratos temporales. Para las mujeres, sin embargo, el hecho de no trabajar es un factor especialmente relevante para explicar la disminución de los ingresos agregados. En todas sus definiciones, la pobreza infantil tiene un claro impacto sobre la calidad del empleo y estos efectos se diferencian en función del sexo: crecer en pobreza está asociado a menores niveles de empleo para las mujeres y a salarios más bajos para los hombres.
Los resultados muestran que estar en situación de pobreza en la adolescencia se relaciona en mayor medida con la pobreza laboral que con no tener empleo. Concretamente, aquellas personas que sufrieron pobreza en la adolescencia tienen un 12% menos de probabilidad de trabajar con contratos indefinidos y un 14% más de hacerlo con contratos temporales. Para las mujeres, sin embargo, el hecho de no trabajar es un factor especialmente relevante para explicar la disminución de los ingresos agregados. En todas sus definiciones, la pobreza infantil tiene un claro impacto sobre la calidad del empleo y estos efectos se diferencian en función del sexo: crecer en pobreza está asociado a menores niveles de empleo para las mujeres y a salarios más bajos para los hombres.
La reducción en los ingresos potenciales como consecuencia de la pobreza en la infancia tiene además un efecto sobre el nivel de recaudación impositiva, tanto en términos del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) como de las cotizaciones sociales. El Estado recauda casi 3.000 euros menos por persona en impuestos y cotizaciones relacionadas con el trabajo a causa de la pobreza infantil.
Como haber crecido en situación de pobreza genera, de media, unas pérdidas brutas salariales anuales de 5.130 euros por persona, teniendo en cuenta el porcentaje de NNA que vivían en pobreza en 2019 (el 27%), y el porcentaje del PIB que se corresponde con las rentas del trabajo (el 46%), la pobreza infantil genera un coste anual para la sociedad española, en términos de productividad laboral, de aproximadamente lo que equivale a unos 57.000 millones de euros anuales.
La pobreza infantil se asocia con un 30% más de probabilidad de tener mala salud en general, un 36% más de padecer exceso de peso y un 12% más de padecer depresión en la edad adulta.
Sumando los costes sanitarios y los asociados a la pérdida de calidad de vida, se estima que el coste total del exceso de peso es de unos 5.500 millones de euros anuales y de unos 579 millones de euros en el caso de la depresión. No obstante, dado que únicamente se están teniendo en cuenta dos aspectos específicos de la salud, es muy probable que el coste en términos de salud esté subestimado. En cualquier caso, el coste estimado de la pobreza infantil en términos de salud es de 6.079 millones de euros, o un 0,5% del PIB.