Blog del proyecto ciudadano "Defensor del Menor" de Leganés


El deber de protección a la infancia es el derecho de la infancia a ser protegida. Este deber nos obliga a nosotros, a nosotras, las personas adultas, a intentar garantizar los derechos fundamentales de los y las menores, y a hacerlo no sólo exigiendo políticas activas, no sólo poniendo en marcha actividades solidarias sino incluyendo también la objeción de conciencia, la desobediencia civil y pacífica a normas y leyes cuando estas repercuten negativamente sobre las condiciones de vida de nuestros niños y nuestras niñas.


martes, 12 de noviembre de 2024

Puebla de Almuradiel, pueblo de acogida

 Puebla de Almuradiel, pueblo de acogida


Hoy viajamos a La Puebla de Almuradiel.  Municipio toledano que ha tomado la decisión política de convertirse en pueblo de acogida.  Para ellos la emigración no es algo a evitar ni a expulsar, sino una apuesta política por un mundo mejor.  Nos congratulamos de que existan pueblos así y les felicitamos sentidamente.  Son un ejemplo.

Introducción

En Enero de 2021 la Asociación "Somos Acogida" informaba de que:  

Un grupo de voluntarios, vecinos de La Puebla de Almoradiel, trabajan incansablemente para reformar la que será la primera ´´Casa de la Solidaridad y la Autonomía´´, de SOMOS ACOGIDA en tierras toledanas, cuya misión es albergar a ocho jóvenes en situación de exclusión social.

Según la campaña de promoción turística de la Puebla de Almoradiel ´´Ser Almoradiense es tener siempre la puerta abierta para el que llega´´.  Un lema que los vecinos llevan por bandera.  El espíritu solidario forma parte del ADN de los Almoradienses.

Una casa que será el hogar de jóvenes ex tutelados y/o procedentes del sistema de Protección Pública, que, una vez cumplida la mayoría de edad, no tengan una respuesta habitacional de las administraciones públicas y su futuro inmediato sea la exclusión y marginación social.

Un trato muy humano a la inmigración 

Tras una entrevista, en Radio Meseta, a SOMOS ACOGIDA, una ONG cuya misión es facilitar la integración de jóvenes extranjeros no acompañados y ex tutelados, los Almoradienses han reaccionado de inmediato, dando respuesta a la iniciativa de construir un hogar para estos jóvenes.

Una pareja de vecinos anónimos decidió ceder una vivienda para poner en pie el proyecto. A partir del llamamiento hecho por SOMOS ACOGIDA, desde la emisora municipal, surgieron multitud de voluntarios entre los vecinos para poner en pie el proyecto y desarrollar diferentes tareas y el Ayuntamiento de la Puebla apoya la causa brindando la posibilidad a los jóvenes, de participar en todas las actividades educativas, culturales y deportivas, que ofrece el Municipio. 

Un Pueblo volcado con este primer hogar de acogimiento residencial que favorecerá la integración de los jóvenes, mediante la adquisición de competencias básicas de autonomía, educación y orientación socio-laboral. El proyecto los dotará de los medios necesarios para que puedan desenvolverse y ser parte de la sociedad en su nueva vida adulta, en un país que les es ajeno. 

Los orígenes profundos de la iniciativa

La iniciativa surgió en 2019, a partir de la creación por parte de un grupo de vecinos con sede en el barrio madrileño de Hortaleza al lado del centro de menores, al descubrir "lo injusto que la sociedad y sobre todo las instituciones son con estos chicos", según ha relatado Emilia Lozano, natural de La Puebla de Almoradiel y alma de esta idea.

"A los chicos, cuando cumplían los 18 años y tenían la mayoría de edad, los ponían en la calle", ha contado Emilia, y a partir de ahí dos o tres familias empezaron a acogerlos en sus casas y en verano Emilia y su marido llevaron al municipio a un chico que se encontraron en la calle. 

Ese fue el germen de un proyecto que Emilia, en nombre de 'Somos Acogida', presentó al Ayuntamiento de la localidad y que se ha convertido en la Casa de la Solidaridad gracias a que la Administración municipal "abrió las puertas de un pueblo a la migración"

El proyecto actualmente

37 chicos han sido acogidos en este hogar, que se financia por los socios y donaciones, y en este punto Emilia ha hecho un llamamiento a asociarse y a donar para colaborar con la continuidad de dicho proyecto.

En la actualidad, habitan en la casa cinco jóvenes, dos de ellos trabajan y otros tres están en espera de documentación que la asociación está tramitando, y todos ellos han llegado a este país "por la pobreza, los sufrimientos en sus familias y la miseria que viven en sus países. Alguno no se calzó hasta que venía por el camino con 15 años. Cuando uno coge una patera es porque tiene mucha necesidad", ha resaltado Emilia.

Este hogar les ha dado una nueva oportunidad, en un municipio de 5.000 habitantes del que Emilia destaca que "no hay racismo, aunque hay gente que no le gusta, como se está viendo en todo el país, pero mayoritariamente es un pueblo totalmente de acogida". 




martes, 5 de noviembre de 2024

Una buena noticia: un pueblo lucense se alegra de recibir a 126 malienses que huyen de la guerra

Una buena noticia:  un pueblo lucense se alegra de recibir a 126 malienses que huyen de la guerra

Una buena noticia.  Al fin.

Y como es una buena noticia, no ha tenido mucha repercusión.  Pero es un ejemplo para tomar nota:  Monterroso, el pueblo de Lugo de 3.600 habitantes en el que están "felices" tras recibir a 126 personas migrantes.

El ayuntamiento lucense de Monterroso cuenta desde hace casi un mes con más de un centenar de nuevos vecinos: 126 personas procedentes de Canarias, adonde llegaron huyendo de la guerra de Mali.

Monterroso.  Lugo.

Son los propios monterrosinos los que utilizan la palabra 'vecino' para referirse a estos, en su mayoría hombres jóvenes, que "se han integrado perfectamente en muy poco tiempo". "Ya son uno más", afirma Milagros, que despacha en una de las panaderías del pueblo.

Hajid, de 20 años y "siempre con la libreta debajo del brazo" -según comentan en el bar-, es uno de los pocos migrantes en Monterroso con un dominio del castellano tan avanzado para la situación, que incluso bromea con las clases de español que reciben en el hotel. "Son cosas muy básicas: vaca, perro... Yo quiero aprender español para trabajar".  Hajid llegó hace nueve meses a la isla del Hierro, en barco desde Mali, donde ha dejado a su madre y a sus cuatro hermanos pequeños. Su padre es una de las víctimas de la Guerra Civil que enfrenta al país desde hace más de una década. Cuenta que todavía no ha podido ponerse en contacto con su familia, a la que desearía poder traerse con él.  Pero para eso, apunta, primero tiene que trabajar. "Quiero buscar un trabajo, aquí en Monterroso, que me tratan muy bien. Los vecinos son muy agradables. Me gustaría de cocinero porque me encanta la cocina, pero primero necesito papeles", explica.

"Sigue habiendo muchos periodistas, que siguen llamando y viniendo, pero en el pueblo ya no llama la atención", comenta una de las camareras del bar mientras Mahmadou sale a charlar con un vecino que pasea a su perro.

"Lo que hay que hacer con esta gente es ayudarla. Solo Dios sabe lo que habrán pasado en su país para preferir verse en esta situación. (Recordamos que vienen de huir de la guerra).  Por mí, que vengan más, que hace falta gente aquí para trabajar y para revivir esto", insiste Milagros.

Guerra en Mali

Un ejemplo de solidaridad y de valores positivos.  Un ejemplo de la alegría que proporciona ayudar.  Un ejemplo de convivencia y de fraternidad.

En fin, un ejemplo que nos transmite su alegría.

Demuestran que la solidaridad, la pobreza, la ayuda, las fronteras son decisiones políticas:  pueden favorecerse o se puede luchar contra ellas.  Cada persona elige, cada pueblo elige, cada ayuntamiento elige.